Son muchas las mamás que acuden a consulta para preguntar a qué edad deben retirarle el chupete a su hijo/a.
Desde siempre ha existido un debate en torno al uso del chupete en bebés: si es beneficioso o perjudicial, si conlleva la aparición de caries tempranas o malformación en piezas dentales, si produce efectos positivos o negativos en el bebé, etc.
El uso del chupete o chuparse el dedo es un reflejo natural de succión no nutritiva en bebés y niños. Les aporta tranquilidad y confort. Pero su uso sólo debe ser ejercido durante un período de tiempo determinado e ir desapareciendo progresivamente, a medida que aparecen los primeros dientes.
Contrario a la creencia popular, el uso del chupete también puede generar efectos positivos en el bebé como, por ejemplo, reducir la incidencia de muerte súbita del lactante, ayudar a una mejor y más rápida adecuación al biberón, proporcionar un efecto calmante contra el dolor y la ansiedad.
No obstante, a medida que el bebé va creciendo, los riesgos superan a los beneficios del mismo. Numerosos estudios apuntan a que la edad recomendada para retirar el chupete definitivamente es en torno a los 3 años, justo antes de que erupcionen (salgan) los dientes delanteros, y esto pueda acarrear malformaciones en la estructura de la boca y en la disposición de los dientes (maloclusión, mordida cruzada o abierta, paladares profundos o estrechos…).
Su uso prolongado también puede acarrear otras patologías como son la otitis media, infecciones dentales y síntomas respiratorios y gastrointestinales. Por eso, es conveniente ir retirando el chupete, de manera progresiva, en torno al año y medio.
El chupete en sí debe contar, además, con unas normas establecidas por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR): “debe estar hecho de material plástico, tener bordes redondeados, poseer una anilla o tirador que permita extraerlo de la boca y la tetina no puede ser superior a 3,3 cm. Por último, la base del chupete debe ser lo suficientemente grande para evitar que el niño pueda introducirse todo el chupete en la boca, con el consiguiente riesgo de asfixia.”
El uso del chupete es un hábito difícil de eliminar, pero existen una serie de trucos y recomendaciones para que los padres y el niño se despidan de este hábito.
- Lo primero que hay que tener en cuenta es que la interrupción o restricción en el uso del chupete debe hacerse de manera paulatina, y no recurrir nunca a castigos. La decisión ha de ser firme.
- Es recomendable limitar su uso sólo para dormir
- Evite colgar el chupete de la ropa del niño. Así no lo tendrá a su disposición siempre que él quiera.
- La táctica que también suele funcionar es la de untar la tetina en sustancias de sabor desagradable, como el vinagre o el limón.
- También es bueno recurrir a la imaginación, e inventar historias sobre personajes o dibujos que dejen el chupete porque se hacen mayores o porque, de esta manera, pueden conseguir algún tipo de recompensa.
- Otro truco que suele funcionar es el de cortar la tetina o pincharla para que la sensación de chuparla no sea placentera.
- Cada vez que lo veas sin el chupete en alguna situación que solía llevarlo, felicítalo y recuérdale lo bien que se ve sin llevar nada en la boca.
- Cambia el chupete por vasos para sorber, para así fomentar el desarrollo de la coordinación entre las manos y la vista.
- Si se duerme con el chupete puesto, retíreselo con suavidad y ciérrele los labios.
Con estos consejos, y una dosis de paciencia y mucha persuasión se puede poner fin a este hábito a tiempo para evitar problemas dentales en el futuro.
Y no olvides que para cualquier otra consulta o duda que tengas, el equipo de los Dres. Beca estaremos encantados de ayudarte.