El estrés es lo que se siente cuando una situación nos supera, y el organismo tiende a sobreactuar demasiado. En una sociedad en continuo movimiento, repleto de horarios y obligaciones que cumplir, resulta muy complicado tomarse las cosas con toda la calma que nos gustaría.
Esta situación de estrés continuo, prolongado durante un largo período de tiempo, puede llegar a perjudicarnos tanto física como emocionalmente, trayendo consigo consecuencias negativas para nuestra salud en general, pero también para nuestra salud bucodental.
El estrés nos acompaña día tras día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, incluso cuando dormimos. Se trata de un síntoma que avanza silencioso y progresivamente, y sólo nos damos cuenta de que lo padecemos cuando empezamos a notar su efectos: contracciones musculares, dolores de cabeza, cansancio…
Pero las consecuencias del estrés también afectan de manera directa a nuestra salud bucodental. La afección más común, es el bruxismo o rechinar de dientes. Suele manifestarse mientras dormimos. Tendemos a apretar la mandíbula, para liberar tensión acumulada, de manera que ambas arcadas chocan entre sí con fuerza y los dientes empiezan a rechinar. De esta forma, las piezas dentales se irán desgastando, pudiendo llegar a afectar al nervio.
Apretar los dientes de manera continuada, también puede generar un trastorno de la articulación temporomandibular, provocando problemas al abrir y cerrar la boca, y dolor de mandíbula y, a veces, también de cabeza y sien.
Otro de los efectos se puede notar a la hora de cepillarnos los dientes, y al tiempo que dedicamos al cepillado. Seguro que son muchas las veces que vas con prisas y te cepillas más rápido, o se te olvida pasarte la seda o el hilo… Poco a poco, la acumulación de sarro y placa bacteriana por un mal cepillado hará que padezcamos gingivitis que, si no la tratamos a tiempo, puede evolucionar a una periodontitis (lo que antiguamente se conocía como piorrea).
Otra de las consecuencias derivadas del estrés, es la periodontitis. El estrés está compuesto por una hormona, llamada cortisol, que puede generar inflamación de encías.
Las llagas o aftas bucales, se deben también a situaciones de estrés prolongadas. El estrés debilita nuestro sistema inmune, lo que hace que disminuyan nuestras defensas y aparezcan esas irritaciones bucales.
Controlar los niveles de estrés puede ayudar a prevenir todas estas patologías pero, sin duda, la mejor manera de evitarlas o controlarlas es acudiendo a revisiones periódicas con su odontólogo. En Clínica Dental Dres. Beca somos expertos en el diagnóstico y tratamiento de las afecciones orales derivadas del estrés, adaptadas a las necesidades de cada paciente. No dudes en pedir cita si piensas que el estrés está empezando a afectar a tu salud bucodental.