Cirugía oral e implantología / 7 mayo, 2018

¿ Qué es la periimplantitis? Causas y tratamiento

La periimplantitis es la principal causa de pérdida de un implante. Se trata de un proceso inflamatorio que afecta a los tejidos que rodean al implante dental y que, al mismo tiempo, ocasiona una pérdida ósea en el área del implante.

Podemos hablar de dos tipos de periimplantitis:

  • Si la inflamación afecta sólo a los tejidos blandos, se denomina mucositis periimplantaria;
  • Y si esta primera no se trata a tiempo, puede derivar en periimplantitis, lo que conlleva a la pérdida de hueso de soporte.

El odontólogo determinará cuál de estos dos tipos padece el paciente, y para esto se regirá por unos criterios clínicos, como son: movilidad del implante, pérdida ósea en el hueso de soporte, sangrado o profundidad al sondaje, dolor a la percusión, y enrojecimiento de la mucosa que rodea al implante.

Aquellos pacientes fumadores, con higiene oral deficiente, o con una mala calidad ósea son más propensos a presentar periimplantitis. No hay que olvidar que la higiene oral es primordial para mantener una buena salud bucondental, ya seas portador de implantes o no.

Sin embargo, las causas que preceden a una periimplantitis son principalmente dos: la sobrecarga oclusal, y la presencia de bacterias alojadas en la superficie del implante.

Hoy en día existen numerosas alternativas a la extracción del implante (explantación), que pueden ayudarnos a mantener el implante en boca por mucho más tiempo.

Lo más importante, como ya hemos mencionado antes, es la higiene oral. Pero también debemos realizar visitas de control para que el odontólogo realice un seguimiento del estado del implante, y de los tejidos blandos que lo rodean.

Si por el contrario, el odontólogo diagnostica mucositis periimplantaria, o periimplantitis, habrá que llevar a cabo un tratamiento más o menos invasivo, dependiendo del grado de inflamación de los tejidos blandos y/o de la pérdida ósea.

El tratamiento a llevar a cabo se fundamenta, sobretodo, en la eliminación de bacterias y toxinas que rodean la superficie del implante.

De esta manera, existen dos tipos de tratamientos que se deben combinar entre sí para combatir la periimplantitis: por una parte, el tratamiento basado en métodos químicos, como puede ser la administración de clorhexidina o tetraciclina, así como el uso de antibióticos como, por ejemplo, la amoxicilina; y por otra parte, el tratamiento mecánico realizado por el especialista.

Este último consiste en la eliminación de la placa bacteriana que rodea al implante, mediante curetajes.

Cuando la periimplantitis ha provocado la destrucción de parte del hueso que rodea al implante, el tratamiento a llevar a cabo sería el de la regeneración ósea.

Se trata de una cirugía destinada a rellenar los defectos óseos, a través del injerto de hueso (ya sea autólogo, xenoinjerto, o aloinjerto), y fijar ese injerto mediante membranas reabsorbibles.

Estudios recientes demuestran que ambas técnicas, ya sean con membrana o no, dan excelentes resultados y una esperanza de vida al mayor, y sin la necesidad de su explantación.

 

Cirugía oral e implantología, Sin categoría / 16 abril, 2018

¿Cuanto tiempo puede durar un implante?

Esta es una de las preguntas más frecuentes que nos hacen aquellos pacientes que han decidido restaurar su sonrisa mediante implantes dentales, tanto por estética como por funcionalidad.

Pero para entender mejor y valorar la vida útil de un implante, debemos conocer los elementos que lo conforman: un implante dental es una pieza (de titanio o zirconio), que se inserta en el hueso maxilar o mandibular y que, pasados unos meses, se integra en el hueso del propio paciente (se osteointegra). Tras este proceso, y si todo marcha correctamente, se procedería a la colocación de la corona que iría atornillada o cementada al implante.

Caso real 2017. Doctoresbeca

La duración de los implantes puede variar entre paciente y paciente. Como ya sabemos, la higiene oral es muy importante para mantener un implante en boca el mayor tiempo posible. Pero la higiene no es el único factor que contribuye a la durabilidad del implante dental. Las revisiones de control y el mantenimiento de éste a lo largo de su vida, son realmente importantes para que el implante tenga una esperanza de vida mayor.

El éxito del implante también está condicionado por otros factores que afectan de manera negativa a su duración. Hábitos nocivos como fumar, o la sobrecarga excesiva en boca por maloclusión, bruxismo o el apiñamiento, perjudican gravemente el estado y la durabilidad del implante.

Una de las creencias populares que más oímos en consulta hoy en día, es que el implante puede causar alergia o rechazo en boca. Esto es falso, ya que en un implante no existe el rechazo, sino la infección. Un buen implante, de titanio o zirconio, tiene una excelente biocompatibilidad con los tejidos del organismo humano.

Por lo tanto, la pérdida del implante por infección, puede estar generada por factores biológicos, y no osteointegrarse debidamente (fijarse en el hueso); por sobrecarga mecánica (bruxismo), por mala higiene, o por enfermedades sistémicas no controladas, como la diabetes.

Otros de los factores que contribuyen a la pérdida del implante es, por ejemplo, que la colocación de éste haya sido en pacientes con poca cantidad de hueso, tanto en anchura como en altura. En estos casos, el odontólogo será el encargado de decidir si el paciente es apto para llevar implantes o no.

En el caso de pacientes con una cantidad de hueso insuficiente, existen alternativas para aumentar su altura o anchura ósea, mediante técnicas de injerto de hueso del propio paciente (autoinjerto) o mediante biomateriales como, por ejemplo, el xenoinjerto o el aloinjerto entre otros.

Hoy en día, no se puede garantizar que el implante dure toda la vida, pero limitando los malos hábitos, teniendo buena higiene oral, y realizando las correspondientes revisiones de control a su odontólogo podría durar más de 20 años.